miércoles, 12 de enero de 2011

¿Rebelión o Golpe de Estado del 30 de septiembre?

Policías decididos y alterados, y un Presidente de la República, Rafael Correa, desafiante fueron el corolario de la revuelta policial que se registró el 30 de septiembre en el Regimiento Quito N` 1.
Todo el país lamento los graves sucesos del jueves anterior (30 de septiembre), cuando debido a la condenable rebelión de elementos de la Policía se produjo un caos con el saldo de muertos, heridos y millonarias perdidas materiales provocado por un sin número de saqueos, especialmente en Guayaquil y Quito –las ciudades mas pobladas–, donde viven miles de delincuentes que buscan cualquier oportunidad para realizar sus fechorías –ya sean bancos, supermercados o alguna tienda de la esquina-.
Por un lado tenemos a la institución de la Policía como una de las mas corruptas del país, además que el abuso de autoridad es denunciado con mucha frecuencia por ciudadanos comunes. Del otro, en cambio a un Presidente que esta acostumbrado a hacer lo que le venga en gana, prepotente e imprudente. El escenario perfecto para la contienda que todos ya sabemos.
¿Por qué tan virulenta reacción de elementos que están llamados precisamente a cuidar el orden y la tranquilidad ciudadana? No olvidemos que ellos reciben sueldos costeados por los contribuyentes. Además, tiene armas, uniformes, vehículos, etc., al igual que las FF.AA., para combatir la delincuencia o para defender la soberanía territorial, según los casos. No cabe pensar que ese costoso armamento se puede utilizar para enfrentamientos entre ecuatorianos, dejando a un lado la posición que tengan.
¿Hubo intento o golpe de Estado y deseos de atentar contra la vida del Primer Mandatario? Personalmente descartó ambas versiones, que circularon tanto en el país como en el exterior. Inclusive el respaldo internacional hacia Correa, condenando cualquier alteración de la democracia; pues el sistema es de total rechazo a cualquier dictadura. Entonces cabe preguntar ¿qué originó la rebelión policial? Hay que mencionar que la rebelión de ciertos miembros de la policía sí tuvo respaldo de varios elementos militares y que hubo un profundo resentimiento ante las nuevas leyes que, según los revoltosos, obligan a policías y militares a perder una serie de beneficios económicos.
Por lo tanto, nadie con principios democráticos puede respaldar medidas de hecho. Pero si es aconsejable revisar todo reclamo que origina protestas, sobre todo cuando el reclamo no es solo de los policías sino también de un sector de las FF.AA. Debe existir más prudencia y menos prepotencia.
Otro hecho importante que se debe mencionar es sobre la orden presidencial de que ese día las radios y canales de TV difundan, por mas de 6 horas, solo la versión oficial. Ya existió hechos parecidos en gobiernos no muy lejanos a este. Los grandes medios siempre estuvieron al acecho para de inmediato de acuerdo a sus intereses proporcionar la información, en este sentido fue acertada la decisión del Presidente ya que de este modo, la sobresaturación de información no se hizo palpable en el país y por lo tanto la contienda hubiera sido de proporciones mayores.
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